Hay dos métodos principales utilizados dentro de las válvulas hidráulicas. Algunos controlan el flujo de fluido hidráulico mediante el uso de un carrete, orificio y puertos diferentes, mientras que otros utilizan una o más válvulas de retención. Ambos tipos de válvulas hidráulicas están diseñadas para controlar o cambiar la dirección del flujo del fluido hidráulico.
Hay varias válvulas hidráulicas diferentes que usan un carrete y un orificio para controlar el flujo. Estas válvulas también tienen dos o cuatro puertos para facilitar el movimiento del fluido hidráulico. Cuando se activan estos tipos de válvulas, el carrete comprime un resorte interno. Esto abre un camino entre los puertos. Cuando se desactiva la válvula hidráulica, el resorte se descomprime, forzando al carrete a volver a su posición original y cerrando las vías nuevamente.
También hay válvulas de retención hidráulicas, que realizan la misma función de una manera diferente. En este modelo, el flujo de fluido hidráulico se controla mediante la apertura o el cierre de la válvula de retención de la válvula. La válvula de retención se mantiene cerrada por la fuerza de un resorte o pura presión. Cuando se aplica una fuerza externa, como presión, ventilación o energía mecánica, al obturador, se abre y permite que fluya el fluido hidráulico. Cuando esta fuerza se retira, el poppet vuelve a cerrarse. Las válvulas de retención se pueden modificar para que su posición predeterminada sea abierta o cerrada.