No hay un símbolo específico asociado con Prometeo, pero está más estrechamente asociado con el fuego. Prometeo fue el inmortal que le dio a la humanidad el don de fuego en directa oposición a la voluntad de Zeus. >
En la mitología griega, Prometeo es uno de los TItans, una raza anterior de deidades que gobernaron antes de ser derrocados por los dioses olímpicos. El líder de los atletas olímpicos, Zeus, decidió negar el regalo del fuego a la humanidad, pero Prometeo escondió el fuego en un tallo de hinojo y se lo dio a la humanidad. Como castigo, Zeus tenía a Prometeo encadenado a una roca, donde cada día su hígado era comido por un águila. Cada noche, su hígado se regeneraba, y siendo inmortal, su tormento debía ser eterno. Heracles (mejor conocido como Hércules en latín) encontró a Prometeo, mató al águila y lo liberó de sus cadenas.
Hay una serie de otros mitos con respecto a Prometeo. Un mito da crédito a Prometeo por dar forma a los primeros humanos a partir de arcilla, dándoles su forma de dios. En otra historia, engaña a Zeus para que acepte los huesos y la grasa, en lugar de la carne, de un animal de sacrificio. En todas las historias, Prometeo es visto como un benefactor de la humanidad.
El robo de fuego es un tropo común en la mitología antigua. Historias similares aparecen en la mitología hebrea, en los Vedas hindúes y en una gran cantidad de mitos nativos americanos. Es razonable suponer que el fuego significó más para los antiguos que una herramienta útil. El fuego también representó la chispa divina de la sabiduría y la creatividad.