Alexander Graham Bell es reconocido por haber inventado el teléfono en 1876, pero un inmigrante italiano llamado Antonio Meucci originalmente diseñó y desarrolló el concepto de un telégrafo o teléfono parlante en 1849. Después de descubrir accidentalmente la ciencia detrás transmitiendo sonido a través de las corrientes, viajó a Nueva York para patentar su trabajo. Sus planes fracasaron después de que surgieron complicaciones, y Bell eventualmente patentó el teléfono cinco años después.
Meucci nació en Florencia, Italia y se mudó a La Habana, Cuba en 1835. Desarrolló un nuevo método de galvanización de metales que el gobierno cubano usó en el equipo militar. Luego desarrolló un tratamiento médico que incluía descargas eléctricas, que se hicieron populares en La Habana. Mientras se preparaba para administrar un tratamiento de choque, se transmitió un comentario de su asistente médico a través del cable de cobre que se extiende desde la habitación de al lado.
Durante los siguientes 10 años, Meucci pasó su tiempo perfeccionando la tecnología y se mudó a Nueva York en 1850. Luchó financieramente después de la mudanza y sus logros sufrieron, con intentos fallidos de vender los derechos de sus invenciones. Finalmente, presentó una advertencia, o una notificación de intención de patente, en 1871, pero para 1873, había expirado.
En 1876, Alexander Graham Bell presentó una patente para el teléfono. Meucci intentó demandar a Bell, pero fracasó debido a la ventaja financiera de Bell. El juicio se aplazó continuamente hasta la muerte de Meucci en 1889, cuando se abandonó el caso. Hasta el día de hoy, a Bell se le atribuye la invención del teléfono.
