Un mecanismo de retroalimentación es un proceso que utiliza las condiciones de un componente para regular la función del otro. Se hace para aumentar o disminuir el cambio en el sistema. Cuando el proceso tiende a aumentar el cambio en el sistema, el mecanismo se conoce como retroalimentación positiva. La retroalimentación negativa es cuando el proceso busca contrarrestar el cambio y mantener el equilibrio.
La retroalimentación es parte de un bucle de causa y efecto donde la información sobre un sistema se devuelve al controlador del sistema para mejorar su rendimiento. Un ejemplo de retroalimentación y un mecanismo de retroalimentación es la capacidad del cuerpo para controlar la temperatura. La condición de la temperatura del cuerpo es la información que se envía al cerebro, que es el controlador. Si la temperatura es alta, el cuerpo suda para enfriarse. Dado que el proceso de sudoración se realiza para detener el cambio de temperatura, este es un mecanismo de retroalimentación negativa.
Otro ejemplo es en psicología en un fenómeno conocido como "bucles de vergüenza" que experimentan las personas que se ruborizan fácilmente. Cuando se dan cuenta de que se están sonrojando, se avergüenzan, lo que hace que se ruboricen aún más, creando un mecanismo de retroalimentación positiva. El nombramiento positivo y negativo de los mecanismos no indica si la respuesta es buena o mala.