La apatita es una fuente rica de fósforo que se utiliza en la producción de complementos alimenticios, productos farmacéuticos, textiles, cerámicas, fertilizantes, insecticidas y explosivos. Este mineral también es coleccionable, y se puede cortar en gemas y moldear en piezas de joyería. Sin embargo, debido a su fragilidad y su dureza relativamente baja, la apatita no se considera un mineral precioso o una piedra preciosa.
Apatite se distribuye ampliamente en los continentes, con una reserva mundial estimada de 47 mil millones de toneladas. El estado de Florida es el mayor productor mundial de apatita. En Europa, este mineral se encuentra predominantemente en Alemania, Austria, Portugal y Rusia. Israel, Marruecos, Argelia, Egipto y Túnez también contienen depósitos significativos de apatita.
La apatita viene en una variedad de colores, incluyendo verde, amarillo, rosa, blanco, púrpura, rojo, azul y marrón. Registra una dureza de cinco en la escala de Mohs, y tiene una densidad que oscila entre 3.16 y 3.22. La apatita se compone principalmente de calcio y fósforo. Esta abundancia natural de fósforo hace que la apatita sea un mineral útil en varias industrias.
El fósforo extraído de la apatita se utiliza en la fabricación de compuestos químicos puros, como el fosfato de sodio, el fosfato de di-calcio y el fosfato de mono-calcio. Aunque no se considera una piedra preciosa valiosa, la apatita se puede utilizar para hacer pendientes, broches y colgantes. Una forma de apatito llamada hidroxilapatita se usa para estimular el crecimiento óseo en implantes de huesos y cuerpos cortados.