La hidrólisis es una reacción entre compuestos orgánicos y agua. Se caracteriza por la división de moléculas de agua para formar hidrógeno cargado positivamente (H +) e hidróxido cargado negativamente (-OH).
El tipo más común de hidrólisis ocurre cuando una sal de una base débil, un ácido débil o ambos se disuelve en agua. El agua se ioniza en cationes de hidrógeno y aniones hidróxido. La sal también se divide en sus cationes e iones constituyentes. Por ejemplo, el acetato de sodio se descompone en agua para formar iones de sodio y acetato. Los iones de sodio reaccionan muy poco con los aniones de hidróxido, mientras que los iones de acetato reaccionan con los iones de hidróxido para formar un ácido acético neutro.
Los ácidos y bases fuertes también se someten a hidrólisis. Por ejemplo, cuando el ácido sulfúrico concentrado (H2SO4) se disuelve en agua, se hidroliza para formar hidronio y bisulfato. De manera similar, cuando el hidróxido de sodio concentrado se disuelve en agua, se disocia para formar iones de sodio (Na +) e iones de hidróxido (-OH).
En condiciones normales, solo unos pocos compuestos orgánicos reaccionan fácilmente con el agua. Esto se debe a que sus moléculas son menos polares que las moléculas de agua. Para que se produzca la hidrólisis, se deben agregar ácidos o bases fuertes para acelerar las reacciones. Estos tipos de reacciones se denominan reacciones catalizadas por bases o catalizadas por ácidos. Se utilizan principalmente en procesos industriales importantes, como la fabricación de jabón.