Una prueba de electromiografía, o EMG, puede detectar varias enfermedades neuromusculares, problemas motores, daño a los nervios y afecciones degenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome del túnel carpiano y la espondilosis cervical, según Brigham y el Hospital de Mujeres. También puede detectar el síndrome de Guillain-Barré, el síndrome de Lambert-Eaton y la distrofia muscular.
Los médicos suelen utilizar una EMG para diagnosticar miastenia grave, neuropatía periférica, polimiositis y disfunción del nervio radial, según Brigham and Women´s Hospital. La prueba suele ir acompañada de una prueba de velocidad de conducción nerviosa para determinar si una persona tiene un trastorno nervioso o un trastorno muscular.
Una prueba de EMG mide la actividad eléctrica muscular para identificar la presencia de problemas neuromusculares, explica Brigham and Women´s Hospital. Implica insertar una aguja delgada llamada electrodo en el músculo. El electrodo mide la actividad eléctrica cuando un individuo contrae los músculos o se mantiene relajado. Un monitor conocido como un osciloscopio muestra los resultados.
Para prepararse para una EMG, una persona no debe usar crema o loción antes de la prueba, declara Brigham and Women's Hospital. Se debe evitar fumar y consumir bebidas con cafeína alrededor de dos a tres horas antes de la prueba. Las personas deben informar a sus médicos si usan un marcapasos y qué medicamentos o suplementos toman actualmente. Los médicos también recomiendan usar ropa suelta que permita un acceso rápido a la parte del cuerpo involucrada en la prueba de diagnóstico.