El darwinismo social es la aplicación de la teoría de "la supervivencia del más apto" de Darwin, que cuando se aplica al panorama social, desalienta la reproducción de aquellos que se consideran indeseables para el futuro del desarrollo humano. Los indeseables incluían aquellos que eran demasiado débiles, enfermos, pobres o de alguna otra manera percibidos como que tenían rasgos que perjudicarían a la sociedad en su conjunto, en términos de supervivencia, si se transmitieran a la descendencia. El darwinismo social también está estrechamente vinculado a la eugenesia.
El darwinismo social postula que la biología es el destino, y surgió como resultado directo de la Teoría de la Evolución de Darwin, que parecía mostrar que las especies cambiaron debido a la selección natural. El estudio y una mayor comprensión de la genética han socavado esencialmente el darwinismo social a lo largo de los años, pero durante el siglo XIX, el concepto ganó popularidad. En ese momento, se pensaba que al eliminar los elementos biológicos que se consideraban débiles, la humanidad continúa evolucionando de la manera correcta.
Aunque ha habido muchos argumentos en contra, se cree que el mismo Darwin creía en el darwinismo social. Esta es ciertamente una visión desafortunada y difícil de aceptar dada su enorme contribución a la ciencia. Sin embargo, se aprendieron muchas lecciones como resultado del darwinismo social, en particular, cuán peligrosas pueden ser tales opiniones. Como tales, se establecieron directrices morales y éticas rigurosas con respecto a la aplicación e investigación de la genética en la ciencia moderna.