La Revolución Americana comenzó en Lexington el 19 de abril de 1775. A lo largo de la Guerra de la Revolución, entre 1775 y 1783, se llevaron a cabo batallas en diversos lugares del este de América del Norte, el Atlántico y el caribe.
Una revuelta contra el gobierno de Gran Bretaña y los impuestos que imponían, la Guerra de la Independencia comenzó con un intercambio de armas de fuego en el verde de la aldea en Lexington, que resultó en ocho estadounidenses heridos de muerte y un soldado británico herido. Las tropas británicas continuaron a Concord, donde encontraron una fuerte resistencia y se vieron obligados a retirarse a Boston. Durante su retirada, sufrieron graves daños por parte de las tropas revolucionarias durante todo el viaje. Esta primera batalla fue la culminación de una variedad de injusticias y escaramuzas percibidas.
Tras la conclusión de la guerra, en 1783, los británicos acordaron renunciar a América, otorgándoles su independencia, a cambio de la paz y el cese de las hostilidades. Después de la guerra, los 13 estados americanos independientes acordaron que los Artículos de la Confederación actuaran como una alianza. Sin embargo, esta alianza no fue particularmente efectiva, y por lo tanto, para formar una unión más fuerte, en 1787 se produjo la Constitución. Si bien se han hecho cambios a la Constitución, este documento aún constituye la base del gobierno estadounidense.
