Los gladiadores comían una dieta que consistía en granos, verduras y cebada. Algunos gladiadores podían consumir carne, pero esto era una rareza porque la carne era cara y difícil de mantener fresca.
Los gladiadores tenían que comer alimentos ricos en proteínas y carbohidratos debido a su profesión exigente. Sus dueños los alimentaban un par de veces al día porque los gladiadores eran una inversión valiosa y, a veces, costosa. La mayoría de los gladiadores comían una dieta vegetariana compuesta de alimentos nutritivos que les darían la energía que necesitaban para luchar.
Los científicos de hoy en día han estudiado los huesos de los gladiadores para comprender mejor qué tipo de comida comían. Muchos científicos han concluido que a pesar de que la mayoría de los gladiadores subsistían de una dieta vegetariana, había anormalidades en los niveles de proteína de algunos gladiadores. Esto también indica que ciertos gladiadores pueden haber tenido acceso a más carne o que sus dueños los trataron de manera más favorable.
Los científicos también encontraron que los gladiadores tenían una mayor cantidad de calcio en sus huesos en comparación con el resto de la población. Esta diferencia se debía a una mezcla de agua y cenizas de plantas que los gladiadores bebían antes y después de las sesiones de combate para ayudar a fortalecer sus huesos.