En 1620, durante un período conocido como la Revolución Científica, Sir Francis Bacon ayudó a desarrollar un método para probar la veracidad en el conocimiento. Este método involucró probar hipótesis mediante la manipulación de la naturaleza en un esfuerzo por descartar el conocimiento defectuoso obtenido solo de la percepción.
Al darse cuenta de que los seres humanos pueden cometer errores al interpretar la información basándose únicamente en los cinco sentidos para percibir el mundo, Bacon argumentó que las variables externas deben tomarse en consideración. Por ejemplo, para determinar si las personas se enferman por el frío o la humedad, insistió en que deberían estar expuestos a influencias externas. Al hacerlo, se podría mostrar un patrón teórico para determinar si estas influencias dieron lugar a más enfermedades.