La imprenta fue muy importante porque hizo posible la producción masiva de materiales impresos y llevó a una difusión mucho más amplia del conocimiento y la alfabetización en todas las clases socioeconómicas. Durante miles de años antes de la invención. En la imprenta, todos los trabajos en la historia de la escritura humana solo podían copiarse a mano o mediante formas ineficientes de procesos de impresión en bloque, laboriosos y laboriosos que exigían altas tarifas. La imprenta redujo drásticamente el tiempo y el gasto de las copias y allanó el camino para la democratización del conocimiento.
Johan Gutenberg recibe crédito por crear la primera imprenta en 1450. La producción europea de libros impresos se disparó a los cientos de millones de copias durante el siglo siguiente. Esta expansión del acceso a la información influyó en todas las grandes revoluciones culturales y políticas durante siglos. La filosofía religiosa, como la del humanista cristiano Desiderio Erasmo o el reformista protestante Martín Lutero, pudo moldear la historia de la religión cristiana y del mundo occidental mediante la venta de cientos de miles de copias de trabajos impresos. El impacto de la imprenta en el desarrollo científico no fue menos significativo, ya que, por primera vez, los científicos pudieron educar y aprender de una comunidad internacional de colegas a través de la publicación.