A partir de 2015, la evidencia sugiere que los probióticos son útiles para tratar ciertos síntomas asociados con Clostridium difficile, pero no todos los probióticos producen los mismos efectos, según los Institutos Nacionales de la Salud. Los científicos no están seguros de qué probióticos específicos son beneficiosos, y los antibióticos suelen ser un tratamiento eficaz.
Además, los pacientes con una infección grave pueden no tener diarrea cuando el colon está muy inflamado, explican los Institutos Nacionales de Salud. Pueden surgir complicaciones y pueden ser potencialmente mortales, causando problemas como el megacolon tóxico y las infecciones graves en los huesos o el corazón. El uso de antibióticos suele ser necesario y, en algunos casos, la afección requiere un tratamiento más intensivo, como la cirugía.