El concreto es un material compuesto, por lo que no tiene un punto de fusión único. Cada uno de los diferentes componentes del concreto, principalmente arena, grava y cemento, tiene un punto de fusión propio. En lugar de fundir el concreto, la lava fundida hace que se descomponga rápidamente.
Según la Universidad Estatal de Oregón, la lava existe como un líquido entre aproximadamente 1,300 y 2,200 grados Fahrenheit. A estas temperaturas, las moléculas dentro del concreto llamadas hidróxidos se descomponen en óxidos metálicos y agua. El agua se escapa rápidamente como vapor, pero los óxidos pueden permanecer sólidos a temperaturas muy altas. La grava y otros silicatos, como el cemento, tienen sus propios puntos de fusión individuales.