Napoleón fue un gran líder porque era un astuto y ambicioso tomador de riesgos y un estratega militar excepcional. Napoleón conquistó una parte importante de Europa a principios del siglo XIX y sirvió como emperador de Francia dos veces.
La influencia de Napoleón causó una impresión duradera en muchos aspectos de la vida, incluyendo la cultura, la tecnología, la política, la economía y la sociedad. Él creó directamente un estado de guerra en Europa que duró más de 20 años, expandiendo continuamente su imperio a medida que conquistaba otras naciones y tierras.
Napoleón creció en rango durante la Revolución Francesa, que duró una década, desde 1789 hasta 1799. En 1799, Napoleón tomó el poder político en Francia en un golpe de estado. Posteriormente se dio a sí mismo el título de emperador en 1804.
Desde 1803 hasta 1815, Napoleón se involucró en numerosos conflictos importantes con las naciones europeas. Esta conquista se conoce como las guerras napoleónicas. A medida que se expandía, otorgó puestos de autoridad política a amigos y familiares leales. También estableció una aristocracia francesa, que había sido abolida anteriormente durante la Revolución Francesa.
Después de conquistar una cantidad significativa de Europa Occidental, Napoleón continuó librando la guerra a través de Europa Central y Oriental. Napoleón se vio obligado a retirarse después de invadir Rusia, debido a que los rusos incendiaron suministros. La falta de alimentos y el invierno ruso que se avecinó obligaron a Napoleón y sus tropas a evacuar la zona.