La historia de Estados Unidos ha visto evolucionar el papel de las esposas presidenciales, desde el primer ejercicio de los deberes de anfitriona hasta la era moderna de la defensa pública de causas no reconocidas que se encuentran bajo la autoridad del poder ejecutivo. Muchas de las cuestiones que adoptaron estas Primeras Damas necesitaban una mayor conciencia pública antes de que el país pudiera tomar medidas más sustanciales para abordarlas de manera constructiva.
Las Primeras Primeras Damas, entre ellas Dolly Madison, Sara Polk, Abigail Fillmore y Caroline Harrison, usaron su prominencia para renovarse y crear nuevos roles para ellas mismas dentro de la Casa Blanca, ya que sentaron las bases para las Primeras Damas en el futuro . Supervisaron las tareas de alojamiento requeridas, crearon la Biblioteca Presidencial y establecieron muchas de las tradiciones para entretener a los dignatarios extranjeros y nacionales dentro de la residencia.
Eleanor Roosevelt es considerada una de las esposas presidenciales más comprometidas debido a su ferviente activismo por muchos problemas sociales y económicos que enfrenta el país durante la Gran Depresión. Posteriormente, muchas Primeras Damas en el siglo XX adoptaron posiciones de defensa para causas dentro del ámbito de la opinión pública. La historia contiene muchos casos en los que las posiciones de las Primeras Damas no solo han sensibilizado al público sobre sus temas adoptados, sino que también han permitido la acción directa de los presidentes, los órganos legislativos o el poder judicial.