La meiosis es importante para los eucariotas, como las plantas, los animales y los hongos, ya que es el método por el cual producen células sexuales. La capacidad de producir células sexuales y, por lo tanto, reproducirse sexualmente, aumenta la Diversidad genética de la población. Este aumento de la diversidad genética proporciona una gran cantidad de mutaciones en las que puede actuar la selección natural.
Mientras que la mayoría de las células en los eucariotas se dividen a través de la mitosis, las células sexuales, llamadas gametos, se dividen mediante un proceso diferente, denominado meiosis. En la mitosis, cada célula hija contiene el complemento genético completo que estaba en la célula madre. Por el contrario, las células hijas que siguen la meiosis solo tienen la mitad del código genético de la célula madre. En otras palabras, las células de espermatozoides y óvulos cuentan con la mitad del ADN que se necesita para formar un organismo. Cuando las células sexuales masculinas y femeninas se combinan e inician la fertilización, cada una de ellas contribuye con la mitad del ADN del organismo hija.
La reproducción sexual es común entre la mayoría de los macroorganismos, aunque algunas plantas también usan métodos de reproducción asexuales, como la propagación vegetativa. Además, algunos animales, en particular esponjas, anémonas y medusas, se reproducen asexualmente por un proceso conocido como brote. En cada uno de estos ejemplos, los descendientes son genéticamente idénticos a los organismos progenitores.