La sal es importante porque contiene nutrientes que preservan la salud del estómago y mantiene la retención de agua y las contracciones musculares. La sal es saludable cuando se consume con moderación.
La sal es un componente que envía señales eléctricas a todo el cuerpo. El sodio también hace que el cuerpo se vuelva sediento al activar los electrolitos. Los electrolitos hacen que el cuerpo tenga sed, lo que obliga a una persona a consumir más agua. Luego, el agua permite que los riñones distribuyan una cantidad saludable de electrolitos a lo largo del torrente sanguíneo, y esta acción regula la presión arterial. El sodio atrapa el calcio y otros nutrientes en el torrente sanguíneo. La ingesta de sal previene las complicaciones relacionadas con el calor, como el derrame cerebral y la postración por calor.
El sodio evita que los músculos se conviertan en calambres, y vigoriza los nervios. Esto es crucial para las contracciones musculares adecuadas y beneficia a las glándulas suprarrenales.
La sal ayuda al sistema digestivo, incluida la absorción de nutrientes. El sodio también ayuda al cuerpo a digerir y descomponer los alimentos. Es un elemento importante que recubre el estómago con secreciones digestivas y evita que el cuerpo se consuma solo. La sal ayuda a las glándulas salivares estimulando una enzima conocida como amilasa salival, que permite a las papilas gustativas tener una idea de los alimentos que se consumen. La falta de sodio en el cuerpo puede llevar a complicaciones tales como deshidratación, shock y transpiración intensa.