De acuerdo con WebMD, los antojos de alimentos están relacionados con las partes del cerebro asociadas con la memoria y el placer: el hipocampo, la ínsula y el caudado. Estas áreas están activas durante un antojo y desempeñan un papel en el mecanismo de recompensa del cerebro.
WebMD también explica que los antojos de alimentos están relacionados con la emoción. Cuando está bajo estrés, una persona puede recurrir a satisfacer un antojo para mejorar los niveles de serotonina, ya que los alimentos ricos en carbohidratos estimulan esta hormona. Las grasas proporcionan un efecto similar. Hablando evolutivamente, los antojos pueden servir a la supervivencia de la humanidad como un mecanismo para combatir el hambre, ya que el exceso de calorías se almacena como grasa corporal.