La leche es un tipo específico de mezcla homogénea llamada coloide. Algunos ejemplos de otros coloides comunes incluyen la gelatina preparada y la niebla. Las partículas en un coloide son lo suficientemente grandes como para verse en luz directa, pero más pequeñas que las que se encuentran en una suspensión.
La mayor parte de la leche que se vende en los supermercados a partir de 2014 se somete a un proceso llamado homogeneización. La homogeneización divide la grasa de la leche en partículas más pequeñas, lo que permite que permanezca en la solución. La leche fresca que no se ha homogeneizado finalmente se separa, lo que hace que la crema flote hasta la parte superior del recipiente y que la leche descremada se deposite en el fondo del recipiente.