El suelo contiene partículas de arcilla, limo y arena. Las partículas de arcilla son pequeñas y porosas, lo que les permite absorber agua y nutrientes. El cieno aumenta la capacidad líquida del suelo, mientras que la arena permite el drenaje del exceso de agua.
Estos minerales proporcionan la mayoría de los nutrientes esenciales que las plantas necesitan. El agua sirve como portadora de estos nutrientes y permite el proceso de fotosíntesis. La fotosíntesis también requiere dióxido de carbono, que se encuentra en el aire del suelo. El último componente del suelo son los residuos vegetales y animales descompuestos, también conocidos como materia orgánica. La materia orgánica ayuda a formar agregados del suelo, que son esenciales para mejorar la estructura del suelo.