La electricidad es un concepto que fue descubierto en parte por muchos expertos y científicos que se sumaron a su desarrollo a lo largo de la historia. De hecho, la electricidad es en realidad una fuerza de energía que se produce en la naturaleza; por lo tanto, la electricidad no se inventó, sino que se descubrió.
Aunque no se dieron cuenta, en 600 aC los griegos descubrieron la electricidad estática frotando el pelaje sobre el ámbar, que es una resina de árbol fosilizado, y observando la atracción creada entre los dos materiales. En la década de 1930, los arqueólogos descubrieron artefactos que se cree que son los intentos de hacer una batería. Para el siglo XVII, ya existían varios inventos eléctricos, incluida la forma temprana del generador electrostático. En 1752, Benjamin Franklin demostró que los relámpagos y las pequeñas chispas eléctricas eran virtualmente las mismas cosas.
Después de Ben Franklin, en 1800, un físico italiano llamado Alessandro Volta descubrió que ciertas reacciones químicas podían producir electricidad. Él creó una batería eléctrica primitiva capaz de producir un flujo constante de electricidad. Después de haber creado la pila voltaica, Volta fue la primera persona capaz de crear un flujo constante de carga eléctrica. Cuando Michael Faraday creó la dinamo eléctrica, abrió la puerta al inventor estadounidense Thomas Edison y al científico británico Joseph Swan, quienes inventaron la bombilla incandescente alrededor de 1878 en sus respectivos países.