El uso de difenhidramina durante un largo período de tiempo puede hacer que los usuarios desarrollen una tolerancia a la misma, lo que hace que se necesiten dosis cada vez mayores, advierte Everyday Health. Debido a que tiene un efecto de secado, el uso prolongado también puede causar sequedad en la boca, estreñimiento, retención urinaria, sequedad en los ojos u otros síntomas incómodos. Los usuarios con afecciones de salud como glaucoma, asma, BPH, obstrucción del tracto urinario o enfermedad cardiovascular deben tener cuidado al usar la difenhidramina.
La difenhidramina es un antihistamínico de venta libre que alivia los síntomas de la fiebre del heno, las alergias y el resfriado común, explica Everyday Health. Debido a su efecto secundario común de somnolencia, muchas personas lo usan también como ayuda para dormir. El uso de otros antihistamínicos, incluidos los tópicos, además de la difenhidramina puede causar somnolencia excesiva. La difenhidramina interactúa con medicamentos como sedantes, Valium, medicamentos para la ansiedad, medicamentos para el dolor recetados y alcohol. Los usuarios de estos medicamentos deben evitar el uso de difenhidramina debido a posibles problemas de interacción.
Los efectos secundarios comunes de la difenhidramina incluyen somnolencia, mareos, náuseas, dolor de cabeza o pérdida de apetito, informa Everyday Health. Los efectos secundarios graves incluyen cambios en la visión, dificultad para respirar o dificultad para orinar. Si se presentan estos síntomas, el usuario debe dejar de tomar difenhidramina y buscar atención médica. La sobredosis puede causar síntomas de visión borrosa, convulsiones, confusión, pérdida de conciencia y, especialmente en niños, excitabilidad.