La principal desventaja de la reproducción asexual es la falta de diversidad genética entre los descendientes resultantes. A diferencia de la reproducción sexual, que implica la recombinación de dos conjuntos diferentes de genes, un organismo asexual posee el mismo genes como lo hizo su padre. Esto puede llevar a problemas si el padre tiene un defecto genético; sin otro padre para reemplazar el gen, la descendencia también posee el defecto.
La reproducción asexual es más común entre los organismos simples como las bacterias que entre los complejos como los mamíferos y las aves. Sin embargo, las especies altamente evolucionadas exhiben ocasionalmente la reproducción asexual. Un grupo de lagartos estadounidenses llamados whiptails, que ocurren en poblaciones de mujeres, ilustra mejor este fenómeno. Sin embargo, estos lagartos tienen más cromosomas que la mayoría de los otros lagartos, lo que ayuda a compensar los problemas asociados con la reproducción asexual.
Hay muchos tipos diferentes de reproducción asexual. Algunos animales, como las esponjas, producen estructuras llamadas gémulas, que se convierten en organismos hijos. Otros organismos como los planarios se reproducen a través del proceso de fragmentación. La fragmentación implica la división del organismo parental en dos organismos hijos. La partenogénesis es un tipo especial de reproducción asexual que se produce cuando un óvulo no fertilizado se convierte en descendencia La partenogénesis se ha documentado en muchos reptiles y peces diferentes.