¿Cómo se trata la morfología RBC?

Según MediaLab, Inc., el término "morfología RBC" se refiere al tamaño, forma y color de los glóbulos rojos; no es una enfermedad y no se requiere tratamiento. Sin embargo, el Colegio Médico de Virginia explica que las anomalías en la morfología de los eritrocitos se asocian con una serie de afecciones, como anemia de células falciformes, talasemia, envenenamiento por metales pesados, tuberculosis, uremia y otros. El tratamiento para cada uno depende de la condición o enfermedad.

La discusión del Colegio Médico de Virginia sobre la morfología anormal de los glóbulos rojos incluye varios tipos diferentes de anemia, un término que la Clínica Mayo describe como una disminución en el número de glóbulos rojos. Una de las más comunes es la anemia falciforme, una enfermedad en la que la hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos, es anormal y hace que las células adquieran una forma de hoz. Estas células mueren más rápidamente que las células normales, causando anemia crónica. Además, son menos flexibles que los glóbulos rojos normales y se pegan fácilmente, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Esto a menudo resulta en vasos sanguíneos bloqueados, daño a los órganos y dolor severo. No existe cura para la anemia de células falciformes, pero el trasplante de médula ósea puede ayudar a algunas personas que padecen la enfermedad.

Una afección similar a la anemia de células falciformes es la talasemia, una afección hereditaria en la que el cuerpo produce hemoglobina anormal, lo que provoca la rápida destrucción de los glóbulos rojos, según MedLinePlus. Hay dos tipos principales de talasemia: alfa y beta. La forma alfa es más común en personas de China, Oriente Medio y de ascendencia africana. La talasemia beta es más común en personas de origen mediterráneo. Al igual que la anemia de células falciformes, en general se considera que la talasemia es incurable; sin embargo, las transfusiones múltiples y los suplementos de folato retardan la progresión de la enfermedad. En algunos casos, el trasplante de médula ósea puede ofrecer una cura.