Una buena madre debe ser solidaria, paciente y consistente. Junto con estas cualidades, una madre debe amar a su hijo incondicionalmente
El trabajo de una madre no es tarea fácil. No hay días libres, y deben ser capaces de mantener la calma en cualquier circunstancia. Especialmente con los niños más pequeños, la paciencia es un rasgo que una madre debe tener.
Una madre debe ser consistente en toda la vida diaria. Si una regla se hace un día, no se puede cambiar al siguiente. La inconsistencia confunde al niño y causará problemas en el camino.
Por encima de todo, una madre debe saber que ningún padre o niño es perfecto. Se cometerán errores, y algunos días serán más difíciles que otros.