Algunos ejemplos comunes de fluidos newtonianos son el agua y el aire. Si bien ningún fluido es perfectamente newtoniano, la mayoría están lo suficientemente cerca como para ser considerados newtonianos. Existen ecuaciones y cálculos específicos en el campo de la ciencia de los materiales para fluidos tanto newtonianos como no newtonianos.
La característica clave de un fluido newtoniano es una viscosidad constante en cualquier rango de tensiones. La viscosidad se puede considerar como el espesor de un fluido, o la resistencia al flujo que posee. Un fluido no newtoniano es justo lo contrario, puede tener una viscosidad drásticamente diferente a diferentes niveles de estrés. Un ejemplo común es la crema batida; cuanto más tiempo se mezcla, más grueso y sólido se vuelve.
