Claro, o transparente, no se considera un color. Es una propiedad visual completamente diferente. El color de un objeto físico depende de la luz que es reflejada, absorbida o emitida por el objeto, mientras que la materia transparente permite que la luz pase a través de él sin reflejar o emitir luz. Por lo tanto, no tiene color.
Al mirar un objeto claro, el objeto toma el color de lo que está detrás de él con respecto al espectador. Ejemplos de materia transparente incluyen vidrio, aire y agua. Los objetos que son semitransparentes, o translúcidos, tienen un color propio, ya que una parte significativa de la luz no pasa y se refleja en su lugar.