A Napoleón Bonaparte se le atribuye el fin de la Revolución Francesa y, con el establecimiento de un gobierno estable, que trae seguridad e igualdad a Francia. Introdujo un sistema de meritocracia para reemplazar el sistema anterior que privilegiaba la herencia y el estado.
Napoleón también introdujo el Código Napoleónico al mundo. Lo basó en el Código de Justiniano, o la ley romana. El Código Napoleónico separó el derecho civil en estado personal, propiedad y adquisición de propiedad, asegurando que cada ciudadano francés tendría las mismas oportunidades de ganar riqueza y estatus. El Código tuvo una gran influencia y se convirtió en la base de la mayoría de los gobiernos de los países europeos.
Durante su reinado del poder, Napoleón creó el Banco de Francia para apoyar la economía en crisis de Francia y brindar apoyo financiero a sus campañas militares. Usó su riqueza personal para respaldar el dinero. Más tarde, también firmó el Concordato con el Papa, reconociendo al catolicismo como la religión del estado, pero también brindando libertad religiosa a los ciudadanos franceses. Introdujo un límite superior para los precios de los alimentos básicos, como el pan y la harina, para evitar disturbios debido al hambre y la inanición. Al proporcionar a Francia una economía fuerte, libertad religiosa y comida barata, Napoleón mantuvo a la población lo suficientemente cómoda como para evitar cualquier rebelión o resistencia generalizada a su propio poder.