El objetivo a largo plazo del Congreso de Albany de 1754 fue construir una fuerte resistencia contra los franceses en América del Norte unificando las colonias y obteniendo el apoyo de una de las tribus estadounidenses-indias más influyentes. A medida que se avecinaban las guerras francesa e india, el gobierno británico instó a las colonias a adoptar un gobierno centralizado y asegurar un tratado con la Confederación Iroquois en preparación para una invasión francesa.
Del 19 de junio al 11 de julio, 150 representantes tribales se reunieron con delegados de siete colonias: Connecticut, Maryland, Massachusetts, New Hampshire, Nueva York, Pennsylvania y Rhode Island. Los delegados coloniales proporcionaron regalos a los representantes iroqueses y acordaron desarrollar una política de asuntos indígenas que abordaría los reclamos tribales y regularía la expansión hacia el oeste. Los británicos esperaban que la Confederación Iroquois se apartara de los franceses, que ya tenían alianzas con otras tribus de indios americanos.
Los delegados redactaron el Plan de Albany, una propuesta que describe cómo se administrarían los asuntos de gobierno si las colonias formaran una unión política. En el plan, los gobiernos coloniales nombrarían cada uno un gran consejo que operaría junto con un presidente general nombrado por los británicos. Este gobierno unificado tendría el poder de declarar la guerra, hacer tratados de paz, formar un ejército, emitir impuestos y aprobar nuevas leyes. El Plan de Albany fue aprobado inicialmente en la conferencia, pero fue rechazado por los gobiernos coloniales, porque temían que la centralización limitaría sus poderes individuales.