Desde abril de 2013, los científicos han registrado que la temperatura en el centro de la Tierra es de 6.000 grados centígrados. Esto es 1.000 grados más alto que la medida registrada anteriormente en un experimento realizado 20 años antes.
La nueva figura confirma los modelos geofísicos actuales que indican la necesidad de una diferencia de temperatura de 1,500 grados Celsius o más entre el núcleo sólido de la Tierra y el manto que se encuentra sobre ella para tener en cuenta el campo magnético de la Tierra. El Dr. Agnès Dewaele, de la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas, y los miembros del Centro Nacional Francés para la Investigación Científica y la Instalación Europea de Radiación de Sincrotrón, son responsables de la investigación que resultó en este descubrimiento.