Los paramecios regulan su contenido de agua mediante el uso de vacuolas contráctiles, vacuolas especiales que recogen y bombean el agua de su citoplasma. Son especialmente necesarias en los entornos de agua dulce donde se encuentran principalmente los paramecios, como en Entornos que están tomando constantemente en el agua a través de la ósmosis. También poseen cristales de sal especiales que se disuelven o solidifican según sea necesario para mantener el equilibrio de solutos dentro de la célula.
Los paramecios de vacuolas contráctiles utilizados para eliminar el exceso de agua son bombas físicas. Se llenan de agua y luego las fibras contráctiles aprietan la vacuola y expulsan el agua. Este método para eliminar el exceso de agua es compartido por muchos otros organismos unicelulares como las amebas.
Los paramecios se caracterizan por su uso de cilios, pequeños pelos en el exterior de sus membranas celulares, para su uso en la locomoción. Su principal fuente de alimento son las bacterias en el agua estancada, que es su hábitat más común. También consumen otros organismos como las levaduras y las algas. Al menos una especie de paramecio forma una relación simbiótica con las algas fotosintéticas, que obtienen protección contra el paramecio y le proporcionan alimento. Los paramecios son la presa más famosa de otro tipo de célula ciliada conocida como Didinium, que, a pesar de ser mucho más pequeña que un paramecio, puede consumir varios de ellos en un día.