Una máquina de resonancia magnética, o MRI, rodea al paciente con un campo magnético y emite ondas de radio para generar imágenes de corte transversal, según la Clínica Mayo. Una tomografía por emisión de positrones, o PET, el escáner detecta la radiactividad en el cuerpo después de que el paciente recibe un marcador químico radioactivo especial.
Tanto los procedimientos de IRM como los de PET requieren recostarse en una mesa que se desliza en un escáner en forma de tubo. Sin embargo, los radiólogos suelen usar las imágenes por resonancia magnética para capturar imágenes detalladas del tamaño y la apariencia de un órgano, mientras que las pruebas de TEP los ayudan a determinar si los órganos funcionan correctamente, señala Medical News Today.
La tecnología de resonancia magnéticaproduce imágenes de alta resolución, lo que brinda a los radiólogos métodos no invasivos para observar anomalías, como el daño de la médula espinal o los tumores, afirma la Clínica Mayo. Cuando un paciente ingresa a la máquina de MRI, una concentración intensa de energía magnética hace que los átomos de hidrógeno del cuerpo se alineen. Las ondas de radio dirigidas hacen que los átomos emitan señales de energía, que la computadora utiliza para crear representaciones visuales del interior del cuerpo. Las imágenes por resonancia magnética pueden presentar riesgos de seguridad para las personas con dispositivos metálicos implantados, como válvulas cardíacas artificiales.
Las tomografías PET son valiosas para localizar el daño a los órganos, pero la exposición limitada a la radiación hace que el procedimiento no sea seguro para las mujeres embarazadas, según Medical News Today. Para crear un ambiente radioactivo dentro del cuerpo, un radiólogo le da al paciente una dosis segura de un radionúclido, un medicamento combinado con una sustancia trazadora natural, como el agua. El escáner detecta las partículas de energía positiva emitidas por el radionúclido a medida que viaja a través del cuerpo.