El VIH es un virus, mientras que el SIDA es una enfermedad o síndrome que se desarrolla en pacientes que tienen VIH, explica la Fundación para el SIDA de San Francisco. Los pacientes pueden tener VIH sin desarrollar SIDA, pero todos los que ya tienen SIDA tiene VIH.
La exposición al VIH puede provocar una infección que ataca el sistema inmunológico, según Healthline. El SIDA se desarrolla en un paciente con un caso de VIH que ha dañado gravemente su sistema inmunológico. Los síntomas del SIDA varían entre los pacientes, pero los ejemplos comunes incluyen neumonía, tuberculosis, tipos específicos de cáncer y otras infecciones relacionadas. A partir de 2015, no existe cura para el VIH y el sistema inmunológico no puede combatir y eliminar completamente el cuerpo de la infección, incluso si el paciente nunca desarrolla el SIDA.
El VIH se contrae cuando una persona intercambia fluidos corporales con una persona infectada, explica Healthline. El virus se transmite con mayor frecuencia a través de agujas contaminadas o relaciones sexuales sin protección. El virus también puede heredarse de una madre durante el embarazo o transmitirse a través de una transfusión de sangre. Tomar un análisis de saliva o de sangre que busque antígenos o anticuerpos que el cuerpo produce para combatir el virus puede determinar si una persona ha sido infectada con el VIH. Diagnosticar el SIDA requiere contar las células CD4 del cuerpo y buscar infecciones oportunistas.