Aunque la sabiduría convencional sostiene que correr una milla quema 100 calorías, correr más rápido a la misma distancia conducirá a un aumento en las calorías quemadas. Una mayor intensidad de carrera puede llevar a un aumento mínimo de calorías quemadas durante la carrera, pero también dará lugar a una mayor proporción de calorías quemadas después de que finalice la carrera.
Los corredores que desean quemar más calorías al correr más rápido pueden ser capaces de aumentar la eficiencia de este cambio al incorporar entrenamiento a intervalos en sus carreras. Este estilo de entrenamiento requiere un equilibrio de la carrera a un ritmo cómodo intercalado con breves ráfagas de carrera de alta intensidad.