A partir de 2015, todavía hay un debate sobre el mecanismo que causa los sofocos después de la menopausia, pero la mayoría de los expertos creen que implica una disminución en la producción de estrógeno y sus efectos en el hipotálamo, señala Healthline. Los controles del hipotálamo La temperatura corporal y la reducción de estrógenos pueden causar la detección errónea de calor por parte del cerebro.
En la mayoría de los casos, los niveles de estrógeno disminuyen gradualmente durante la menopausia. Sin embargo, a medida que los estrógenos disminuyen influyen en el hipotálamo, una teoría es que el cerebro secreta hormonas para devolver el calor al cuerpo. Esto hace que la frecuencia cardíaca del paciente aumente y los vasos sanguíneos se dilaten para permitir un mayor flujo de sangre, lo que permite que el calor se disipe. Esto hace que el cuerpo genere sudor y envíe sofocos, informa Healthline.
No todas las mujeres sufren sofocos, y las que lo padecen reportan diferentes niveles de intensidad, desde una molestia menor hasta una interrupción importante de las actividades diarias. Una estrategia general para mantener estos flashes lo menos frecuentes posible es comprometerse a llevar un estilo de vida saludable. Los estilos de vida sedentarios, la obesidad y el tabaquismo pueden exacerbar potencialmente los síntomas de los sofocos. La genética y la etnicidad son factores sobre los cuales los pacientes no tienen control. Por ejemplo, los sofocos parecen ser más frecuentes e intensos en las mujeres afroamericanas que en las caucásicas, mientras que las mujeres hispanas tienen sofocos con mayor frecuencia pero no con la misma intensidad, según Healthline.