Los impulsos nerviosos viajan directamente a través de las sinapsis conectadas a través de la electricidad, mientras que los impulsos utilizan sustancias químicas especiales para cruzar las sinapsis sin contacto, según el Museo de Ciencias del South Kensington Museum en Londres. Estas sustancias químicas se llaman Los neurotransmisores, y pueden cambiar la forma en que los nervios se comunican entre sí en el cerebro. La neurona que envía el mensaje generalmente se llama neurona presináptica, mientras que la neurona receptora se llama neurona postsináptica.
El sitio web del Museo de la Ciencia explica que los impulsos que alcanzan una sinapsis ubicada al final de una célula nerviosa, lo que requiere que el impulso deba atravesar una brecha, estimula a la neurona a producir y secretar un neurotransmisor. Este neurotransmisor se desplaza a través de la brecha, contactando finalmente la neurona postsináptica. Cuando el neurotransmisor alcanza la neurona postsináptica, convierte la energía contenida en sus enlaces químicos en un impulso eléctrico. Este impulso luego continúa por la neurona post-sináptica hasta su objetivo. La neurona postsináptica presenta una brecha que solo acomoda al neurotransmisor correcto, eliminando la posibilidad de que el neurotransmisor lo estimule inadvertidamente.
El cuerpo utiliza más de 50 neurotransmisores, según el Museo de la Ciencia. Si bien los impulsos eléctricos son una forma más rápida de enviar y recibir señales, los neurotransmisores proporcionan una mayor flexibilidad. Por ejemplo, los neurotransmisores son más capaces de enviar señales más complejas. Tales habilidades permiten que el ojo humano distinga entre luz y oscuridad.