El sistema sensorial es responsable de detectar los estímulos del mundo exterior y de transferir los impulsos nerviosos a la parte correcta del cerebro o la columna vertebral para permitir que el cuerpo reaccione. El sistema sensorial consiste en los ojos , orejas, nariz, lengua, piel y sus nervios asociados.
Los seis sentidos son comúnmente aceptados como accesibles para los humanos y muchos animales: la vista, el oído, el gusto, el olfato, el tacto y la propiocepción. El último sentido es la capacidad de saber dónde están las partes del cuerpo en relación entre sí en todo momento. Cada órgano sensorial tiene receptores nerviosos unidos que están diseñados para transmitir señales. Por ejemplo, los ojos contienen fotorreceptores para la luz, la nariz y la lengua contienen quimiorreceptores para productos químicos, y la piel contiene mecanorreceptores para el movimiento, la presión y sensaciones relacionadas. Las neuronas sensoriales operan sobre el principio de todo o nada; están encendidos o apagados. No existen niveles variables de señal. En cambio, un estímulo más fuerte hace que se disparen más receptores o que la misma cantidad de receptores se dispare más rápidamente.
Cuando el cerebro recibe información sensorial, envía la respuesta adecuada a lo largo de las vías de las neuronas motoras para responder al estímulo. Por ejemplo, una luz excesivamente brillante hace que el cerebro dirija la pupila del ojo para que se contraiga y deje pasar menos luz.