Boris Yeltsin lideró la oposición al intento de golpe de estado comunista contra el gobierno de Mijail Gorbachov en 1991. Aunque Gorbachov era el rival político de Yeltsin, Yeltsin vio que los comunistas a cargo del intento de golpe Las reformas que Yeltsin deseaba más difíciles de implementar.
El 18 de agosto de 1991, los conservadores del gobierno soviético de Rusia intentaron apoderarse del gobierno de la Unión Soviética. Se oponían a la política de perestroika de Gorbachov, que restaba importancia a la importancia del Partido Comunista de la Unión Soviética, instituyó reformas democráticas y desvió la economía de la planificación central. Aunque Yeltsin creía que estas reformas eran demasiado lentas, las prefería a las políticas de los partidarios comunistas a cargo del golpe.
En respuesta al golpe, Yeltsin publicó una denuncia del golpe, alentando a los ciudadanos soviéticos a la huelga. También se subió a uno de los tanques movilizados frente a la Casa Blanca rusa, dando un discurso desafiante contra el golpe que inspiró al pueblo de Rusia y a la Unión Soviética en general. Al permanecer en Moscú a pesar del peligro de ataque por parte de miembros militares leales al golpe de Estado, Yeltsin reunió a las masas de la ciudad para desafiar el intento de golpe de Estado, que finalmente fracasó ante tal oposición masiva. Sus esfuerzos lo convirtieron en una celebridad política internacional.