Detén a un perro que ladra ignorándolo mientras él ladra para enseñarle que el ladrido no merece atención. Durante los momentos tranquilos, recompénsalo con golosinas. Esto puede llevar varias horas de esfuerzo dedicado.
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Dale la espalda
Cuando tu perro comienza a ladrar, dale la espalda como una señal visible de que no le estás prestando atención.
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Ignóralo
Ignora los ladridos. No reaccione a esto ni hable con su perro, ni siquiera para gritarle. Gritar es un signo de atención. Además, su perro puede tardar una hora o más en dejar de ladrar, pero si usted se da por vencido, aprende que ladrar durante largos períodos de tiempo le llama la atención.
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Recompénsalo
Una vez que deja de ladrar por un segundo, sin importar la razón, recompénsalo con un premio para que lo ayude a asociar la tranquilidad con los dulces.
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Alarga el tiempo
La próxima vez que esté tranquilo, espera unos segundos más antes de darle un tratamiento. De esta manera, aprende a permanecer en silencio por más tiempo.
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Repita el proceso
Continúe con este proceso. Ignora al perro mientras ladra, y recompensa sus silencios. Aumentar continuamente la cantidad de tiempo que debe estar tranquilo para obtener un tratamiento.
Entrena a tu mascota para que entienda la palabra "tranquilo". Haga esto enseñándole a hablar al mando con dulces y elogios. Una vez que pueda ladrar al mando, enséñale a dejar de ladrar.
Los perros pueden ladrar por aburrimiento. Lleve a su mascota a pasear todos los días y pase un tiempo jugando. Los perros que ejercen suficiente energía en formas saludables tienen menos probabilidades de ladrar.
No use collares y otros dispositivos que repriman a los perros por ladrar a través de dolor físico o incomodidad. Esto solo frustra a tu perro.