Hay varias estrategias diferentes que puedes probar para tratar con un perro que no deja de ladrar. Las posibles técnicas incluyen la eliminación del estímulo, asociar el estímulo con recompensas positivas, ignorar los ladridos, enseñar los comandos del perro y ejercitar a su perro. Necesitará conocer las técnicas de entrenamiento, un amplio suministro de golosinas para su perro, paciencia y tiempo. Debido a que su perro puede responder a algunos métodos y no a otros dependiendo de la razón por la que su perro ladra, siga probando diferentes técnicas hasta que encuentre una que funcione para usted y su perro.
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Eliminar el estímulo
Si su perro está ladrando repetidamente al mismo objeto o persona, intente eliminarlo de su línea de visión si es posible. Por ejemplo, cierre las cortinas para bloquear su vista de los transeúntes.
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Asocie el estímulo con recompensas
Si no es posible eliminar el estímulo de la vista de su perro, intente acercarlo gradualmente y recompénselo cuando esté a la vista. El truco es conseguir que asocie el estímulo con cosas buenas, para que no se sienta amenazado por él.
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Ignore los ladridos de su perro
Es posible que su perro esté ladrando como una forma de llamar su atención. No se lo des. Ignóralo completamente hasta que deje de ladrar, luego recompensa su silencio con una golosina. Enséñale que la única manera de obtener una recompensa es a través del silencio. Recuerde ser paciente y nunca gritarle a su perro por mal comportamiento. Él captará tu frustración y se agitará más.
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Enseñe a su perro el comando "silencioso"
Un método para controlar los ladridos de su perro es enseñarle a "hablar" en el comando. Luego, cuando domine ese comando, enséñale el comando "tranquilo". Su perro aprende que usted tiene el control y, finalmente, dejará de ladrar cuando lo solicite.
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Ejercita a tu perro
Un perro a veces libera energía a través de ladridos. Es más probable que un perro cansado permanezca callado y no ladre a personas y objetos al azar. Lleve a su perro a una caminata diaria y juegue con él para gastar un poco de energía y mantenerlo tranquilo por la noche.