Los niños durante la Primera Guerra Mundial se vieron obligados a lidiar con muchos aspectos de un conflicto tan generalizado. Solo en Gran Bretaña, la BBC informó que más de 500,000 padres perdieron la vida y dejaron madres solteras para criar hijos. En Francia, los padres colocaron máscaras de gas a sus hijos durante los simulacros de guerra en caso de una invasión. Los niños alemanes temían los ruidos de las bombas y fueron objeto de propaganda durante la guerra.
La imprevisibilidad fue, quizás, el tema principal de cómo los niños se vieron afectados por la Gran Guerra. La licencia otorgada a los soldados ocurrió una vez al año y duró solo unos días. Las noticias de primera línea fueron lentas y esporádicas. Muchos hombres fueron a la guerra cuando sus esposas estaban embarazadas; eso significaba que los padres eran totalmente extraños para los niños cuando regresaban a casa.
Más de 8.5 millones de personas perdieron la vida a causa de la Primera Guerra Mundial. Tecnologías como aviones, Zeppelins, gas mostaza y ametralladoras trajeron nuevos horrores o emoción a las mentes de los niños en el hogar. Los escolares de Londres vagaron entre los escombros después de las redadas de aeronaves para inspeccionar el daño. Los estudiantes alemanes aprendieron lecciones de matemáticas calculando raciones de guerra o el número de prisioneros detenidos en los campamentos.
Los niños durante la Primera Guerra Mundial leen sobre el conflicto a diario en los periódicos y escucharon sobre el frente de los vecinos. Debido al constante bombardeo de información, a los padres y familiares les resultó difícil encontrar la normalidad en el frente interno.