La Piedra Rosetta es la clave que condujo al desciframiento de los jeroglíficos egipcios. La piedra fue descubierta en 1799 en Fort St. Julien en El-Rashid, Egipto, y data de 196 aC
La Piedra de Rosetta presenta dos traducciones del mismo decreto en tres guiones: jeroglífico, griego y demótico. Esto permitió a los estudiosos del siglo XIX usar la versión griega antigua para descifrar los jeroglíficos en la traducción egipcia. A pesar de que muchas personas trabajaron en él a lo largo de los años, fue Jean Francois Champollion quien finalmente descifró la inscripción en 1822. A partir de 2014, Rosetta Stone se exhibe en el Museo Británico de Londres.