Las alianzas enmarañadas entre las potencias europeas afectaron la Primera Guerra Mundial al provocar que un pequeño conflicto regional estallara en una guerra internacional. La primera de las dos alianzas principales en esta guerra fue la de las Potencias Centrales dominadas por Alemania, Austria-Hungría y Turquía. Sus oponentes eran los aliados compuestos por Francia, Gran Bretaña, Rusia, Japón, Italia y eventualmente los Estados Unidos.
La guerra comenzó con un incidente relativamente pequeño, el 28 de junio de 1914, el asesinato del archiduque austriaco Franz Ferdinand y su esposa en Sarajevo por Gavrilo Princip, un serbio de Bosnia. Serbia negó cualquier responsabilidad por el ataque. Sin embargo, sabiendo que Serbia tenía diseños en sus territorios en los Balcanes, el gobierno de Austria-Hungría sospechó a Serbia de complicidad y finalmente se lanzó al ataque. Este ataque provocó una cascada de alianzas que entraron en vigor. Rusia se apresuró a apoyar a su aliada Serbia movilizando a sus tropas. Esto hizo que Austria-Hungría y Alemania movilizaran sus tropas contra Rusia. En este punto, para defender a su aliado y atacar a su enemigo de larga data, Alemania, Francia comenzó a preparar sus tropas. Alemania atacó a Francia a través de Bélgica, un país cuya neutralidad Gran Bretaña había jurado defender. Este acto arrastró a los militares británicos a la guerra. Para septiembre de 1914, Japón y los turcos otomanos se habían unido también, creando un conflicto enredado entre las alianzas que tuvieron lugar no solo en Europa sino también en todo el mundo, en mar abierto y en colonias europeas en África y Asia. p>