El neón pertenece a una familia de elementos conocidos comúnmente como los gases nobles. Estos gases son famosos por sus bajos niveles de reactividad con otros elementos. El apodo de "noble" indica que normalmente no reaccionan con los otros elementos.
El neón es un elemento no metálico que se usa más comúnmente en señales que se iluminan con colores brillantes. Estas señales utilizan varios niveles de ionización para lograr la excitación adecuada de los electrones en el elemento, que le permiten brillar. El elemento neón fue descubierto por primera vez en 1898 por William Ramsay y Morris Travers en su intento de ubicar el elemento que reside entre el helio y el argón en la tabla periódica.