El neón es un gas no tóxico e incoloro que no forma compuestos estables conocidos. Es el segundo gas noble más ligero. Si se coloca en un tubo de descarga de vacío, el neón tiene un brillo de color naranja rojizo cuando una corriente eléctrica pasa a través de él.
El nombre "neón" se deriva de la palabra griega "neos", que significa "nuevo". Descubierto por Sir William Ramsey y Morris Travers en 1898, el neón tiene un peso atómico de 20.1797. El cuarto elemento más abundante en el universo, el neón es relativamente raro en la Tierra, y constituye una parte por cada 65,000 en el aire. Ampliamente utilizado para hacer carteles publicitarios, el neón se puede combinar con helio para hacer láseres de gas. Se utiliza para hacer pararrayos e indicadores de alto voltaje, así como tubos de televisión y medidores de onda. En su estado líquido, el neón se utiliza como refrigerante.
El carbón activado se utiliza para aislar el neón. Después de enfriar el aire, el carbón absorbe el neón y el hidrógeno restantes. Luego, el hidrógeno se elimina agregando oxígeno, que lo convierte en agua.
La inhalación de neón concentrado puede causar mareos, náuseas, vómitos, pérdida de la conciencia y la muerte, y el contacto con el neón líquido puede provocar congelación en la piel y los ojos. Debido a la incapacidad de Neon para formar compuestos estables, no representa una amenaza para el medio ambiente.