El científico alemán Otto Bayer, quien fundó la Compañía Bayer, fue el inventor de la espuma de poliuretano, el material con el que se hacen las esponjas. Bayer inventó este material por accidente en 1937.
Mientras los científicos alemanes persistían en crear usos para la espuma de poliuretano, crearon un lote defectuoso que tenía muchas burbujas de aire. El resultado se parecía a las esponjas de mar, que se habían utilizado desde la Edad Media para ayudar a lavar el cuerpo. Antes de eso, la gente usaba trapos para lavar los platos.
Las esponjas de poliuretano más antiguas se destruyeron fácilmente durante el lavado de los platos debido a su fragilidad. A medida que la tecnología avanzaba, estas esponjas fueron diseñadas para ser más duraderas.