En psicología, Gordon Allport identificó tres tipos de rasgos de personalidad: rasgos cardinales, rasgos centrales y rasgos secundarios. Si bien la teoría de Allport proporciona un marco abierto para el psicoanálisis, otros investigadores, como Raymond Cattell y Hans Eysenck, dividió rasgos en opuestos objetivos que se miden más fácilmente en pruebas objetivas como las de Myers-Briggs.
La teoría de rasgos de Allport trataba específicamente con motivos conscientes y patrones fácilmente observables porque pensaba que describían una personalidad mejor que motivos inconscientes. Los rasgos cardinales son aquellos que determinan qué dirección toma la vida de una persona e incluyen cosas como la búsqueda de la verdad, la fe religiosa o la sed de conocimiento. Los rasgos centrales determinan las interacciones típicas e incluyen rasgos como la timidez, la ansiedad o la honestidad. Los rasgos secundarios son aquellos que generalmente aparecen en circunstancias específicas, como prejuicios contra grupos, ansiedad por hablar en público e impaciencia mientras se conduce.
Cattell y Eysenck preferían métodos más objetivos para medir la personalidad. Cattell utilizó el análisis factorial estadístico para agrupar más de 17,000 palabras utilizadas para definir personalidades y las organizó en 16 pares de rasgos opuestos, como sospechoso versus confiado, práctico versus imaginativo y conservador versus experimental. Eysenck describió los tipos de personalidad en lugar de los rasgos, organizando los rasgos en tres grupos de rasgos de pares opuestos: extroversión /introversión, neuroticismo /estabilidad emocional y psicoticismo /control de impulsos. Otros investigadores ampliaron esos tipos en cinco grupos: extroversión /introversión, simpatía /antagonismo, conciencia /falta de orientación, estabilidad /inestabilidad y apertura a la experiencia /conformidad. Estos cinco grupos siguen muy de cerca al indicador de tipo Myers-Briggs, y el único tipo que queda fuera es el par de estabilidad /inestabilidad.