Las enzimas son proteínas moleculares orgánicas compuestas de aminoácidos. En cualquier momento, cuando se realiza un trabajo dentro de una célula, las enzimas lo están logrando. Su propósito es facilitar reacciones químicas rápidas que permitan a la célula descomponer las cosas o ensamblarlas según sea necesario. Estos procesos son los que permiten que una célula crezca y se reproduzca.
Cuando se forman las enzimas, en algún lugar entre 100 y 1.000 aminoácidos se unen en un orden único y específico. Esta cadena adquiere una forma única que permite que la enzima albergue reacciones químicas particulares. Cada enzima sirve como un catalizador altamente eficiente para esa reacción específica.
Un ejemplo involucra maltosa. Este azúcar se produce cuando un par de moléculas de glucosa se unen entre sí. La enzima relacionada, maltasa, tiene una forma específica que le permite deshacer el enlace, liberando las dos piezas de glucosa. Si bien el único propósito de la maltasa es romper las moléculas de maltosa, la maltasa permite a las células hacerlo de manera eficiente y rápida. Otras enzimas tienen otras funciones que facilitan, pero una cosa que tienen en común es que ensamblan moléculas o las rompen en pedazos, y existen enzimas específicas para todas las reacciones químicas que las células necesitan para funcionar correctamente. >