Las bellotas se dividen en dos tipos principales de consumo: dulce y amargo. Las bellotas son la tuerca del roble, y cada tipo de roble tiene su propia bellota única.
Hay más de 400 especies de robles nativos del hemisferio norte, incluidas más de dos docenas de especies en los Estados Unidos. Las bellotas del roble blanco son más dulces que las bellotas amargas negras y rojas. Los robles blancos se pueden identificar por los lóbulos redondeados de sus hojas, mientras que los robles negros y rojos tienen un punto identificable al final de sus hojas.
Las bellotas varían en tamaño desde tres cuartos de pulgada hasta cuatro pulgadas de diámetro. Las bellotas maduran en uno o dos años, dependiendo de la especie. Nutricionalmente, las bellotas están compuestas por aproximadamente 50 por ciento de carbohidratos, 35 por ciento de agua y 5 por ciento de grasa, proteína y fibra. Estos números son aproximados porque los desgloses de nutrientes también varían según la especie.
Las bellotas contienen una gran cantidad de ácido tánico que daña los riñones. Antes de consumir, las bellotas se lixivian para eliminar los taninos. Esto se puede hacer enterrando las bellotas cerca de la orilla del río, empapando las bellotas en un baño de agua giratorio durante semanas o hirviendo. Después de la lixiviación, las bellotas se transforman en harinas y aceites o se asan enteros.